Calor, y más calor es lo que nos trae el nuevo mes que ha hecho su aparición hace bien poquito: nuestro querido y estival Agosto. Piscina, terrazas y centros comerciales donde se está fresquito, y a reguardo de los cuarenta grados que asolan las calles de la capital,  se convierten en los planes perfectos para estos días. ¿Pero nos hemos olvidado del séptimo arte? ¡No, qué va! Las salas de cine abren también en Agosto para acoger a las películas que vienen pisando fuerte para así entreteneros los largos días de verano! ¡Allá vamos!
La primera de ellas es "Prometheus".Nos narran la aventura de dos jóvenes y brillantes arqueólogos, la Dra. Shaw y el Dr. Holloway, quienes descubren unos reveladores pictogramas rupestres acerca de antiguas 
civilizaciones que poblaron la Tierra. Todos los indicios hallados 
señalan a un mismo lugar situado en un punto lejano del espacio como 
posible origen de estos seres. Con la intención de descubrir la 
respuesta a estas cuestiones, ambos consiguen convencer a una gran 
corporación, Weyland Industries, para que les financie el viaje hasta 
allí.
Un planeta inhóspito, una nave espacial y su desventurada tripulación
 inmersa en una pesadillesca carrera por la supervivencia por culpa de 
una misteriosa y mortífera raza alienígena. Nuestros protagonistas creen dirigirse hacia el lugar en el que 
encontrarán las respuestas a su existencia. Con este encuentro esperan poder responder a 
todas sus preguntas, pero lo único que encuentran es dolor y 
sufrimiento. En cierto modo, y haciendo honos a los tintes mitológicos que impregnan la película, lo que hace la tripulación de la Prometheus  es
 abrir la caja de Pandora, liberando así los males que puedan acabar con toda la raza humana.
Continuamos así con "Sin Rastro" protagonizado por la guapísima Amanda Seyfried. quien interpreta a una joven cuya hermana desaparece. Recordando un secuestro 
que sufrió hace poco y que podría haber acabado en muerte, la mujer 
trata de movilizar a la policía para que la busquen. Debido a que no se 
encontraron pruebas de lo que ella les contó, los agentes la toman por 
loca y deciden no investigar. La indiferencia policial, que obliga a la 
protagonista, no ya a tomarse la justicia por su mano, sino a llevar a 
cabo la investigación por su cuenta, es una baza interesante que permite
 situar a una ciudadana de a pie como epicentro de un thriller de acción y violencia. La actriz protagonista, transmite creíblemente la ansiedad y la angustia del personaje, 
desdibujando a los demás personajes a su alrededor como un baile de 
extras que llevan un cartel fosforescente de su condición secundaria.
Así, llegamos hasta "Pollo con ciruelas", para nuestro gusto una película diferente, de la que no estamos acostumbrados a ver. El film, nos traslada hasta Teherán, en 1958. Desde que se rompió su amado violín, Nasser Ali Khan, uno de los músicos más famosos de su época, ya no tiene ganas de vivir. Al no encontrar un instrumento digno de sustituirlo, decide meterse en la cama y aguardar la muerte. Durante la larga espera, se sume en ensoñaciones melancólicas y alegres que le llevan a su juventud, a hablar con Azrael, el Ángel de la Muerte, y que le revelan el futuro de sus hijos… A medida que encajan las piezas del rompecabezas, empezamos a descubrir el gran secreto de su vida: una maravillosa historia de amor que alimentó su genio y su música...
El relato está contado como si fuese un cuento, no es casual las referencias a 'Las mil y una noches', dándoles mucha libertad. Es un drama muy particular, con toques de humor, y un trasfondo amoroso, que termina siendo principal. 
Y para terminar, lo hacemos con una comedia romántica: "La felicidad nunca viene sola". Es una de esas comedias románticas amables que no nos ofrecen grandes
 dramas, que hablan sobre las posibilidad, la madurez y sobre los 
sueños, cosas que uno no puede tener tan atadas como cree.
De nuevo el cine francés sorprende por 
contar una historia poco original pero con personajes llenos de encanto,
 al igual que sus actores. La trama es fácil de resumir: solterón, 
músico y canalla, acostumbrado a las chicas (jóvenes) de una sola noche,
 se encuentra con mujer separada con 3 hijos, casualmente de muy buen 
ver. El flechazo es fulminante y poco a poco él abandona la mala vida 
rendido ante el encanto de su amor y su familia. A todo esto hay que 
añadir la típica crisis de identidad, de independencia e, incluso, una 
balada de amor en un musical. ¿Qué más se puede pedir?
Y ahora a disfrutar del séptimo arte, cinéfilos ¡Silencio, que la película va a empezar! 





 
 
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